Pero la funda de nuestra vieja y fiel sombrilla no sobrevivió a las ganas de mi hijo de 4 años de llevarla a rastras hasta la playa durante todo el verano. Así que nada, me propuse hacerle una nueva, porque se la pobre ya se lo merecía.
Estaba rascándome a cabeza pensando en cómo iba a hacerla cuando mi querido marido puso en mi camino una bolsa de ropa para donar o reciclar y... tachán!... después de un corte y un par de costuras, este vaquero del Zara que le quedaba grandísimo se reencarnó en funda de sombrilla super ideal!...
Con 3 bolsillos para llaves, móvil o lo que se me ocurra guardar dentro.
Casi me costó menos hacer esta funda que colgarla en el RUMS, llevo taaaantisimas semanas sin participar que ni me acordaba como se hacía.